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El relajo institucional

Jugando, jugando, se monta el perro. Necesitamos un VAR social (Video Assistant Referee), para que no nos sigan metiendo goles en fuera de lugar en el juego democrático.

 

Opinión

Por: Octavio Quintero

REDGES Fuente: El Satélite

“Cosa es de volverse loco” (como diría el poeta Marroquín), si la ley de financiamiento (o reforma tributaria del 2018) se cae ante la Corte Constitucional, caso que se da por hecho en los medios de comunicación que, inclusive, anticipan una votación de 6 a 3, con nombres propios: ¿cómo lo hacen? Adivine y le digo.

La locura empieza desde el trámite legislativo, etapa en que tirios y troyanos (léase, empresarios y trabajadores) atacaban el proyecto porque sí y porque no; mientras los legisladores se daban sus mañas (en eso son duchos) para doblegar al gobierno, no en su propuesta alcabalera, sino en réciprocitéo simple, CVY, que decimos en chibcha.

Hoy, ante la posibilidad de que se caiga, los tirios, que parece salieron beneficiados del lance tributario (como siempre), presionan a la Corte para que ‘por Dios’ no le vaya a infringir ese daño al país.

Los troyanos, por su parte, no han dicho ni mu: como de esas altas finanzas no saben ni se asesoran, les da lo mismo 8 que 80, con tal de que el gobierno les mantenga los subsidios sindicales y los cupos y tiquetes a Ginebra cada año a beber wiski y aplaudir el discurso del Ministro de Trabajo de turno.

Que la Corte tumbe la ley de financiamiento, es muy grave; que no la tumbe, peor. Esperemos qué pasa en este país en el que ya es costumbre que pase de todo sin que pase nada.

Se habla hasta de una emergencia económica; de una corrida de la inversión extranjera y de ahí, al pánico económico, solo hay un paso. “Que sea lo que Dios quiera”, como dicen.

Pero el momento es sintomático para señalar el relajo institucional en que ha caído el país desde la espuria reelección de Uribe en el 2006 en cuyo proceso, la joya de la corona la colocó la Corte Constitucional avalando la reforma del “articulito” que significaba, nada más ni menos, que quebrarle el espinazo al marrano para hacer cuchuco: no se me ocurre nada más para ser bien gráfico.

Vaya y venga que los magistrados de entonces, apelando al principio de la buena fe, avalaran la reforma; pero una vez configurado judicialmente el dolo implícito en el escandaloso proceso legislativo, negar la demanda de nulidad de la reelección de Uribe presentada por el exmagistrado, Jaime Araujo Rentería, vino a ser el principio de ese relajo institucional que se menciona arriba y se ha venido prologando de ahí en adelante.

Relajo que prosiguió, para dar un salto cuántico, en el proceso del acuerdo de paz suscrito con las Farc; que se retrata en el ‘cartel de la toga’ y en la misma filtración a los medios de prensa de las sentencias anticipadas y el nombre de los magistrados que van a votar en contra o a favor.

Todo este cuento para explicar el por qué, si la Corte tumba la ley de financiamiento, muy mal por las consecuencias fiscales que implicaría; y si no la tumba, peor, porque daría vida jurídica a un esperpento legislativo que se tramitó a la brava; a pupitrazo limpio; sin quorum, algunas cosas, y sin publicidad, la mayoría.

Lo mismo que ocurrió, entre otras cosas, con el Plan Nacional de Desarrollo. El colmo es que los congresistas, a conciencia de sus improcedencias, le chuten ahora a la Corte Constitucional todo lo que pueda pasar de su decisión, en cualquier dirección.

Son las “jugaditas” legislativas que por descuido dejó conocer el ‘bachiller’ Macías. Jugaditas que también se dan en la Registraduría Nacional, elección tras elección; jugaditas como las de Sarmiento Angulo y Odebrecht

Jugaditas que implican desastres como en la vía al Llano e Hidroituango; jugaditas, como las que acaba de empezar a contar ante la JEP el exparlamentario, David Char, de la dinastía CHAR, los dueños de Barranquilla, el Atlántico y la costa Caribe, con aspiración de Presidencia…

Jugaditas, varias, para terminar, como las del expresidente Uribe a lo largo de su larga carrera política.

De jugadita en jugadita, vamos perdiendo el juego democrático. ¡Eso si es grave!

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Demandas a la ley de financiamiento

La entrada El relajo institucional se publicó primero en Noticias día a día.

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