Miel: Para una quemadura leve provocada por calor como el de la estufa o la plancha, cubre la piel afectada con una capa de miel y envuélvela con una venda, una gasa o tela limpia. Este dulce ingrediente extrae los fluidos que provocan ardor en la piel para que no sientas dolor y nutre la piel para evitar cicatrices.
Té negro: Las quemaduras con agua o con metales a altas temperaturas pueden ser tratadas con té negro ya que contiene ácido tánico que contrarresta el dolor al quemarte, haz una infusión en agua caliente y aplica el té con ayuda de un paño empapado en la bebida; para evitar cicatrices coloca las bolsitas de té húmedas directamente en la herida.
Jitomate: Para otras quemaduras leves puedes usar rebanadas de jitomate colocándolas directamente en el área afectada, pues esta planta cuenta con propiedades hidratantes y cicatrizantes de rápida absorción que brinda una sensación de frescura y alivio a quien sufrió la quemadura.
Cebolla: Las quemaduras más graves del hogar pueden alcanzar el primer grado en términos médicos y puedes tratarlas rápidamente cortando rodajas de cebolla y aplicándolas directamente en la piel para que el azufre y quercetina que contienen alivien el dolor rápidamente mientras vas al hospital por una revisión profesional.
Clara de huevo: Para las quemaduras solares utiliza claras de huevo ligeramente batidas sobre la zona afectada, déjala actuar por 30 minutos y luego retírala con agua fría. Los nutrientes de este alimento calmarán el ardor y dolor rápidamente.
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